jueves, 20 de marzo de 2014

Y cuando las veo reír, son aire

Me ve llegar y se ríe.
La veo pasar y me río.
Me ve asomarme y se ríe.
La ve sentada y se ríe.
La escucha reírse y se ríe.
Nos vemos y nos reímos.

Son la mejor banda de sonido de mi vida.
Sus risas quedaron tatuadas en mi corazón.

jueves, 13 de marzo de 2014

Basta de retrovisores

"El viernes pensamos que faltabas vos para que todo sea como 2010", dijeron riendo.
"2010 fue un año espantoso, no quiero volver", dije indignada. "2014 es mucho mejor", dije sonriendo.

domingo, 9 de marzo de 2014

(Re) Estreno

Ahora veo qué es lo que me impedía escribir(me). No tenía espacio para pensar, para ordenar mis ideas. No tenía privacidad, ni perspectiva. No tenía manera de pensar claramente, de revolver en mí.
Ahora, a las 07:06 de un domingo, mirando el sol salir entre nubes plateadas, tengo algunas cosas más claras. Ahora veo que nunca debo dejar de oír lo que me pasa, nunca debo cortar esa conexión conmigo misma. No debo dejar de oírme, de mirarme, de sentirme; si lo hago temo dejar de oír, mirar y sentir al otro. Quiero decir, ¿cómo voy a interpretar al otro si no me puedo interpretar a mí?
Antes escribía porque... No sé porqué, se me daba naturalmente. Escribía sobre lo que vivía, sobre lo que veía, sobre lo que me contaban, sobre cosas más externas. Después escribí sobre cómo me sentía, y por lo general me sentía mal y escribía sobre ello porque no se me da bien eso de contarle a la gente mis problemas.
Y ahora, me asalta un impulso distinto de escribir. Yo sé que esto lo van a leer pocas personas, pero ya no me interesa hasta donde llegue, si es que llega. Ahora quiero escribir todo lo que no me quiero olvidar, por hache o por be. Quiero escribir lo que me recuerda que viví, que sentí, que fui humana o al menos lo intenté.
Hoy es un impulso distinto el que me abraza. Y le voy a devolver el abrazo.

*Don't let it go away
This feeling has got to stay
And I can't believe I've had this chance now
Don't let it go away, yeah*



(Dedicado a Violeta y un poco a Nicolás)

martes, 4 de marzo de 2014

Cinco pitadas y un fantasma

Prendo un cigarrillo. Le doy una pitada. Me asomo a la ventana y miro hacia afuera. Veo la parte de atrás de aquel edificio. Respiro hondo.
Cierro los ojos. Me acuerdo de un abrazo. Sonrío amargamente. Otra pitada.
Abro los ojos. Miro hacia adentro. Voy al living. Me asomo a la ventana. Doy dos pitadas recordando el color de tus ojos, de tu pelo, de tu voz.
Me hago un ovillo en el sillón. Mis pies descalzos se esconden bajo el almohadón. Miro por la ventana para no verte sentado al lado mío. Doy otra pitada y me levanto. No tolero tu presencia.
Vuelvo a la cocina. Voy a la ventana. Cuelgo el cigarrillo de mis labios, me paro en puntas de pie y me dejo caer sobre el alféizar. Siento como la presión sobre el diafragma y el cigarrillo que fumo me dejan sin aire. Siento como a pesar de esa presión que no me deja pensar, vos seguís ahí, clavado en mi retina. Aferrado a mi piel.
Desisto y me levanto. Termino de fumar. Lo tiro. Me refriego los ojos, intentando creer que todo fue una ilusión, producto del sueño o algo así.
Salgo de la cocina dejando un rastro de ropa. Dejo atrás una remera que nunca viste y unos shorts que no reconocerías. Así como estoy me acuesto. Me envuelvo en el acolchado y ahí también estás.
Maldigo por lo bajo. Odio descubrir que ese lugar que me gusta tanto es el hogar de tu fantasma.