lunes, 8 de octubre de 2012

Sin elemento

Cada día me siento más fuera de lugar.
De todos los lugares.
De los conocidos, de los nuevos, de los que me sentía dueña, de todos.
Como si en cada uno de ellos se manejase un código el cuál yo no conozco.
Como si todos supieran algo que yo no sé.
Como si no debiera estar ahí.
Como si nadie me viera.
Como si todos me miraran.
Como si nadie me escuchara.
Como si todos me oyeran.
Como si caminara torpemente.
Como si fuera muy etérea.
Como si fuera invisible.
Como si fuera un obstáculo.
Como si me temieran.
Como si me ignoraran.
Como si no existiera.
Como si hablara demasiado.
Como si no dijera nada.
Como si me examinaran.
Como si me analizaran.
Como si fuera extraña.
Como si fuera normal.
Como si fuera distinta.
Como si fuera personal.
Como si no importara.
Como si no pensara.
Como si no estuviera.
Como si no me fuera.
Como si me divirtiera.
Como si tuviera sentimientos.
Como si no tuviera sentimientos.
Como si alguien esperase algo de mí.
Como si nadie me esperase.

Como si alguna vez hubiera pertenecido realmente a algún lugar.

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